“Hemos sido testigos, con gran preocupación, de la Orden Ejecutiva emitida en EE.UU. por el ex presidente Donald Trump y las sanciones impuestas a los empleados del tribunal y sus familiares”, se lee en la nota.
Considerando tal situación, los firmantes de la misiva recuerdan que la rendición de cuentas por las graves violaciones de los derechos humanos cometidas por todas las partes en conflicto es fundamental para lograr una paz sostenible y duradera.
“Los intentos de desacreditar a la Corte y obstaculizar su trabajo no pueden ser tolerados si somos serios en promover y apoyar la justicia a nivel global”, agregan, insistiendo en la importancia de que todos los gobiernos europeos apoyen firmemente la independencia de la CPI, y protejan a la institución y a su personal de cualquier presión o amenaza externa.
El órgano judicial dictaminó el 5 de febrero su competencia para investigar las atrocidades cometidas por el ejército israelí en la Cisjordania ocupada, la Franja de Gaza y Al-Quds (Jerusalén), tierras que Israel ocupa desde hace más de 50 años.
Haciendo caso omiso a la represión israelí de los palestinos, EE.UU. ha impedido en reiteradas ocasiones la apertura de una investigación completa, por crímenes de guerra, contra Israel. A tenor de tal situación, los grupos palestinos de la Resistencia acusan a Washington de ser cómplice de las atrocidades del régimen de Tel Aviv.
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