(21/03/22 - Conflicto Ucraniano)-.Desde el inicio del conflicto en ex república soviética, y para no pocos analistas desde bastante antes, el contenido desembozado de la ideología nazi que ha permeabilizado el gobierno de Zerenski es más que evidente.
El elemento más obvio son los estandartes con la cruz gamada, el símbolo nazi por excelencia que lucen con orgullo milicias irregulares armadas que el gobierno ha sumado a sus fuerzas armadas, pero la limpieza étnica que se venía denunciando hace años en la región den Donbass y el tratamiento a los soldados prisioneros siguió poniéndolo de relieve.
A este tipo de acciones repudiables se suma una noticia aberrante que señala que el jefe del consejo observador de un hospital de campaña en Ucrania, Gennadi Druzenko (foto durante la entrevista) es un médico ucraniano que admite haber ordenado castrar a los soldados rusos heridos, afirma un medio que destaca lo atrincherada que está la ideología nazi en Ucrania
“Di una orden muy estricta de que castrasen a todos los heridos rusos que caigan en sus manos. Son cucarachas, no son humanos”, dijo el jefe del consejo observador de un hospital de campaña, Gennadi Druzenko, en una transmisión en la cadena Ukraina 24, según recoge este lunes la agencia de noticias rusa Sputnik, que semeja al médico con el nazi Josef Mengele, mejor conocido como el ‘Ángel de la Muerte’.
En otro ejemplo de las prácticas del Tercer Reich, el presentador ucraniano Fahrudin Sharafmal hizo un llamamiento a degollar a todos los niños rusos, agrega el medio.
De igual forma, asegura que el jefe de servicios fronterizos de Ucrania, Serguéi Deineko, prometió hacer todo para asesinar a las esposas, hijos, padres, hermanos y hermanas de los militares rusos.
En este sentido, el ex oficial de inteligencia de EE.UU. Scott Ritter destacó que los neonazis del batallón Azov —una unidad militar de extrema derecha de voluntarios neonazis que operan en Ucrania como una fuerza de reserva de las Fuerzas Armadas del país— se han diluido en el Ejército del país y ejercen una enorme presión sobre los políticos ucranianos que incluso, según Ritter, intentaron sabotear los acuerdos de Minsk, que buscaban poner fin al conflicto del Donbás (este de Ucrania).
Desde el inicio de la operación militar especial rusa en Ucrania, bajo los órdenes del presidente ruso, Vladimir Putin, el Gobierno ruso ha dejado claro en reiteradas ocasiones que no busca ocupar el país vecino y su misión en Ucrania es la “desmilitarización” y “desnazificación” de Ucrania y evitar que Estados Unidos y otros Estados conviertan a Ucrania en una base antirrusa.
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