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Hallaron una cabeza de estuco del dios maya del maíz en palenque

(13/06/22 - Arqueología)-.Durante los trabajos de conservación que se llevaban a cabo en una zona del Palacio, en la ciudad maya de Palenque, los arqueólogos del INAH han descubierto una cabeza de estuco de esta divinidad que tiene 1.300 años y formó parte de una valiosa ofrenda.

Durante los trabajos de conservación que el Instituto de Antropología e Historia de México (INAH) estaba realizando en el Palacio, uno de los edificios más emblemáticos del sitio maya de Palenque, en el estado mexicano de Chiapas, los arqueólogos sacaron a la luzuna cabeza estucada que representa al dios del maíz, una de las deidades más importantes del panteón maya, y que se ha datado en el período Clásico Tardío (700-850 d.C.). 

Esta cabeza, cuyo hallazgo se acaba de dar a conocer, se suma a otra que fue localizada en la misma área en 2018. El descubrimiento se hizo en el contexto del proyecto Conservación Arquitectónica y de los Acabados Decorativos del Palacio, que está llevando a cabo un equipo interdisciplinar dirigido por el arqueólogo Arnoldo González Cruz y la restauradora Haydeé Orea Magaña.

La cabeza del dios del maíz se localizó mientras el equipo retiraba el relleno de un pasillo que conecta unas estancias de la llamada Casa B con la adyacente Casa F. Los investigadores apreciaron entonces una cuidadosa alineación de piedras y acto seguido descubrieron un receptáculo de piedra de tres lados en cuyo interior encontraron la cabeza estucada, que formaba parte de una valiosa ofrenda que se dispuso sobre un estanque para simbolizar el ingreso de este importante dios al inframundo desde un entorno acuático. 

"El descubrimiento del depósito nos permite empezar a conocer cómo los antiguos mayas de Palenque revivían de manera constante el pasaje mítico sobre el nacimiento, la muerte y la resurrección de la deidad del maíz", comenta González Cruz.

Una ofrenda muy sofisticada

La cabeza estucada mide 45 cm de largo, 16 cm de ancho y 22 de alto, y estaba colocada en una orientación este-oeste, posiblemente, según los investigadores, para simbolizar el nacimiento de la planta del maíz con los primeros rayos del Sol. Los arqueólogos definen así esta pieza: "La escultura, la cual debió ser modelada alrededor de un soporte de piedra caliza, tiene características gráciles: el mentón es afilado, pronunciado y partido; los labios son finos y se proyectan hacia afuera –el inferior ligeramente hacia abajo– y muestran los incisivos superiores. Los pómulos son finos y redondeados, y los ojos, alargados y delgados. De la frente amplia, larga, aplanada y de forma rectangular, nace una nariz ancha y pronunciada". Asimismo, la cabeza se halló sobre los fragmentos de un trípode de cerámica, lo que sugiere, según los expertos, que "se concibió originalmente como una cabeza cercenada".

La cabeza se halló sobre los fragmentos de un trípode de cerámica, lo que sugiere, según los expertos, que se concibió originalmente como una cabeza cercenada.

González Cruz ha explicado que al final este espacio ritual fue clausurado simbólicamente: se rompió un fragmento del suelo de estuco del estanque, se retiró parte del relleno constructivo y se depositaron diversos elementos como vegetales, huesos de animales, conchas, fragmentos de cerámica y de figurillas antropomorfas, 120 pedazos de cuchillos de obsidiana, parte de una cuenta de piedra verde, dos cuentas de concha, semillas y caracoles. 

"La colocación de estos elementos estaba constituida de forma concéntrica y no por estratos, cubriendo casi el 75 por ciento de la cavidad, la cual sellaron con piedras sueltas. Algunos huesos de animales fueron sometidos a cocción, y otros tienen marcas de descarne y huellas de dientes, por lo que sirvieron para consumo humano como parte del ritual", señala el arqueólogo.

Después, sobre la ofrenda se dispuso una losa de piedra caliza, aunque antes se rompió a propósito el trípode y la cabeza se asentó lateralmente sobre un lecho de fragmentos cerámicos y de piedras. Finalmente, todo se cubrió con tierra y se levantaron los tres muretes de piedra que constituyeron una especie de "caja", donde la cabeza del dios del maíz ha permanecido oculta durante casi 1.300 años. Hasta ahora.

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