Indicó que en Chimborazo hay dos jóvenes en estado crítico, uno de ellos incluso con el con solo un veinte por ciento de probabilidad de sobrevida.
Reprochó que el Gobierno denuncie violencia de las manifestaciones sin reconocer la fuerte represión que recibió la población en el marco de las movilizaciones en Quito.
“Por eso podemos decirle al Gobierno que hoy que hemos entrado al diálogo es importante dialogar sobre esto, para que se pueda quedar subsanado y todo salga a la luz”.
Destacó que en las medidas de hecho se encontraron varios policías infiltrados, algunos de ellos con artefactos y armas que pudieron ser usadas para exacerbar los ánimos de la gente.
En ese contexto, manifestó que se ha pedido al régimen, en las mesas de diálogo, que se acoja el punto 10 sobre seguridad y justicia, donde se habla de la no criminalización a los dirigentes, pues todos han salido con la proclama de una movilización pacífica enmarcada en la Constitución como el derecho a la resistencia.
“El pueblo indígena no somos vándalos, no somos personas que hemos venido a destruir, pero habido gente con mala intención que se ha infiltrado dentro de las movilizaciones, existe discriminación y racismo de la clase que se cree dueña del Ecuador”.
Resaltó que el Movimiento Indígena está unido y trabajará de manera conjunto como una estructura muy organizada, tal cual lo ha hecho hasta hoy.
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