“Sabemos ahora que el clostridium botulinum (la bacteria hallada en 2017 en los restos del escritor) no tendría por qué haber estado en la osamenta de Neruda”, dijo su sobrino Rodolfo Reyes.
“¿Qué quiere decir esto?”, se preguntó Reyes y respondió: “Que Neruda fue asesinado, hubo intervención en el año 1973 por agentes del Estado”, según los diarios chilenos El Mercurio y La Nación.
Dicha bacteria, causante de botulismo, fue encontrada en 2017 en una muela de Neruda por otro grupo de expertos, que desestimó la versión oficial de la dictadura, según la cual el premio Nobel murió por el cáncer de próstata que sufría desde 1969.
En el informe que se presentará este miércoles, los especialistas sostienen que la bacteria “no se filtró al cadáver de Neruda desde dentro o alrededor de su ataúd”, sino que ya estaba en su organismo antes de morir, afirmó Reyes.
El sobrino aseguró que “se encontró la ‘bala mortal’ de Neruda, que la tenía en su cuerpo” y admitió, no obstante, que aún no pudo descubrirse quién se la inoculó.
“Quién la disparó, eso se verá próximamente, pero no cabe duda de que a Neruda lo mataron” con “intervención directamente de terceros”.
Neruda murió en un sanatorio de Santiago el 23 de septiembre de 1973, once días después del golpe de estado que encabezó Pinochet, y la justicia chilena investiga desde 2011 las causas de su deceso.
Buena parte de la familia del poeta suscribe la versión de su chofer Manuel Araya, quien sostiene que fue envenenado mediante una inyección que le aplicó un agente secreto de la dictadura que se hizo pasar por un médico.
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