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''Brasil no puede ser rehén del equilibrio fiscal''

(20/03/23 - Brasil)-.El presidente de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva, dijo hoy que la salud no puede ser "rehén" de limitaciones al gasto público para lograr equilibrio fiscal, al relanzar el programa Más Médicos, con el que pretende contratar a 28.000 profesionales para actuar en periferias, lugares remotos y localidades de difícil acceso y que había sido eliminado por su antecesor, Jair Bolsonaro.

En un acto en Brasilia en el Palacio del Planalto, la sede del gobierno brasileño, Lula no descartó convocar a profesionales de la salud extranjeros en caso de que los brasileños se nieguen a sumarse a la política de establecerse en lugares remotos o periferias para liderar la atención primaria a la población desfavorecida como parte de nueva versión del programa.

"Más Médicos está de vuelta porque la salud no puede ser rehén de los techos de gasto, las altas tasas de interés o los recortes presupuestarios en nombre de un equilibrio fiscal que no tiene en cuenta el bien más preciado que existe, que es la vida humana", afirmó el Presidente de izquierda y líder del Partido de los Trabajadores (PT), quién asumió el 1 de enero pasado.

Desde su retorno al poder, el tres veces Presidente de Brasil ya ha relanzado exitosas políticas públicas creadas por el PT pero suspendidas o anuladas por los Gobiernos liberales y de ultraderecha de Michel Temer y Bolsonaro, tras el derrocamiento de la exmandataria Dilma Rousseff, del PT, en 2016.

El 2 de marzo, Lula volvió a poner en funcionamiento el programa social Bolsa Familia, para dar ayuda económica contra el hambre a 55 millones de brasileños pobres, y el mes pasado relanzó Mi Casa, Mi Vida, un plan de vivienda destinado a la población de bajos recursos para construir cientos de miles de casas y ofrecer financiamiento con subsidios.

"Estamos relanzando los programas que habían sido eliminados como si hubiera pasado un terremoto. Después de los primeros cien días de Gobierno traeremos nuevas políticas públicas, sobre todo para la clase media", anunció Lula.

El regreso de Más Médicos se dio luego de una ola de expresiones de odio, como lo recordó Lula, contra los médicos cubanos y de otras nacionales que habían sido contratados por el Gobierno de Rousseff en 2012, algo resistido por el Consejo Nacional de Medicina, que se alió a figuras como Bolsonaro.

Lula aprovechó el lanzamiento del Más Médicos para defender su posición de que hay que "cambiar la cabeza económica" y dejar de considerar un gasto la inversión en áreas de cuidado directo de la población como salud y educación.

Esta semana, el Gobierno debe definir el nuevo marco fiscal para enviarlo al Congreso, razón por la cual existe una amplia puja entre "gastadores" y "ajustadores" dentro del Gabinete de frente amplio que conformó Lula.

Las nuevas reglas, de ser aprobadas, reemplazarán el techo de erogaciones actual impuesto por Temer que impide que el gasto público se dispare más allá de la inflación por dos décadas.

"Tenemos que cambiar nuestro concepto de lo que se gasta y lo que es inversión. Todo lo que se haga para educar a la gente, para capacitar a la gente, para cuidar la salud de la gente, siempre lo tenemos que ver como una inversión", defendió Lula.

Lula se quejó de que los más de 4.000 médicos cubanos que trabajaron hasta noviembre de 2018 -fin del gobierno de Temer y con Bolsonaro como presidente electo- se fueron "sin que nadie les pidiera disculpas" por el maltrato recibido, que achacó a algunos médicos brasileños.

Los cubanos, aseguró Lula, "hicieron un trabajo extraordinario".

Los médicos cubanos llegaron mediante una misión producto de un acuerdo con la Organización Panamericana de la Salud (OPS) que fue denunciado por los médicos brasileños, que reclamaban equivalencias y cuestionaban que el pago se realizara de gobierno a gobierno.

Lula insistió que el programa actual contratará inicialmente a brasileños pero apelará a extranjeros o brasileños en el exterior en caso de que los locales desistan de atender en lugares remotos y con dificultades de acceso, en situaciones muchas veces marginales.

"Si no son todos brasileños, vamos a convocar a que lo hagan los extranjeros. Porque para nosotros no importa la nacionalidad del médico, para nosotros lo importante es la nacionalidad del paciente, que es un brasileño que necesita de salud", aseguró Lula.

El nuevo programa contempla inicialmente la contratación de 15.000 médicos para llegar a la cifra de 28.000 a fin de año, con un contrato de cuatro años.

Las prioridades las tendrán los médicos que se hayan recibido con ayuda de subsidios del Estado y los municipios más vulnerables.

"Hay gente que muere esperando a un especialista, algo tan difícil de conseguir en nuestro sistema de salud", aseguró Lula, quien también comparó su situación con la del pueblo más pobre.

"Todos los años me hago chequeos generales y paso por tres máquinas que en poco tiempo me entregan todos los resultados. Hay brasileños que no tienen una cama, que les duele la cabeza y por falta de médico mueren meses después del primer síntoma que no fue tratado oportunamente", lamentó.


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