El viernes pasado, Bohdziewicz declaró ante colaboradores de la fiscal Alejandra Mángano en los tribunales federales de Comodoro Py al 2002. La excolaboradora explicó que esa operación de borrado de teléfonos se realizó en oficinas de Bullrich sobre la Avenida de Mayo, alrededor del 10 de noviembre del año pasado, cuando la querella de la vicepresidenta ya había pedido el secuestro de los aparatos.
De la declaración de Bohdziewicz se desprende una supuesta maniobra engañosa hacia la jueza María Eugenia Capuchetti y al fiscal Carlos Rívolo, debido a que en el borrado de los teléfonos, también fueron manipulados los del propio diputado Milman y los de Carolina Gómez Mónaco, otra de sus colaboradoras.
La declarante se quedó sin trabajo en enero pasado, pero Gómez Mónaco continúa en el equipo de Milman y fue ella quien se interesó por saber qué diría su ex compañera en la ampliación de la declaración testimonial, según prueban capturas de chats presentadas ante la Justicia.
“Carolina decía que se ponga las pilas, que nos dé un respaldo, que con el Mundial no se calmaba nada, y me comenta que Milman le dijo que había hablado con Patricia y que nos iba a poner un perito para ver la información que tenían los celulares porque era probable que se filtrara nuestra información”, contó la testigo.
Bohdziewicz confesó estar “aterrada” por esa eventual filtración y que los llamados de Gómez Mónaco, cuando ya no eran compañeras de trabajo, la asustaron. "Un mes exacto sin hablar con nadie. Carolina me manda unos mensajes, y a esa altura yo ya me sentía muy presionada por esta cuestión”, recordó.
“Preguntada por el Sr. Auxiliar Fiscal a la compareciente para que diga si sabe si Gómez Mónaco o Gerardo Milman tenían en sus teléfonos alguna información que pudiera tener relación con el hecho que se investiga en estos actuados, respondió: 'no, sino me hubiera acordado respecto del de Gómez Mónaco, y respecto del teléfono de Milman, no sé'", dice textual en uno de los párrafos de la declaración.
Gómez Mónaco tenía una segunda línea que no estaba registrada a su nombre y que no fue entregada a la Justicia; la otra, la que sí estaba a su nombre y se llevó al juzgado de Capuchetti, fue en un teléfono nuevo, comprado por la secretaria.
“Nos fuimos a Avenida De Mayo 953, tercer piso, oficina Patricia Bullrich, si no me equivoco, llegamos ahí, no había nadie, solo estaba Milman con el perito, cuyo nombre no recuerdo, pero era morocho, grandote, de unos 60 años aproximadamente, vestido de civil, no recuerdo si estaba con bastón”, relató Bohdziewicz.
La declaración, adelantada el domingo pasada por Página/12, causó la reacción de Cristina Kirchner, quien difundió este lunes en sus redes un artículo de la prensa brasileña: “Son las expresiones de un diputado de la República Federativa de Brasil publicadas en el día de ayer al conocerse, a través de Página/12, el testimonio de una ex asesora del Diputado Milman”.
“Resulta muy impresionante no sólo la naturalización de la violencia política sobre mi persona, sino también el encubrimiento del intento de asesinato ocurrido el 1 de septiembre”, apuntó la expresidenta. El presidente Alberto Fernández, de viaje en La Rioja, se hizo eco de la situación.
A través de Twitter, Patricia Bullrich publicó: “Ya no saben que inventar frente al total y absoluto fracaso de su patético cogobierno. Conmigo, El 10 de diciembre el kirchnerismo se acaba”. En la causa judicial no hay constancias que indiquen que Bohdziewicz tenga o haya tenido algún vínculo con el kirchnerismo, muy por el contrario era empleada legislativa de Gerardo Milman, miembro dirigencial del PRO y mano derecha de la propia Patricia Bullrich.
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