Según informes, los crímenes de odio contra los musulmanes en el Reino Unido se han incrementado un 335 %, en particular desde que el Movimiento de la Resistencia Islámica Palestina (HAMAS) lanzó la operación Tormenta de Al-Aqsa contra el régimen israelí por sus atrocidades contra el pueblo palestino, a principios de octubre.
“En este momento de creciente miedo, ansiedad y tensiones, el Gobierno debería hacer todo lo posible para cumplir con sus obligaciones y responsabilidades estatutarias hacia todas las comunidades”, ha dicho Akeela Ahmed, presidenta del AMHWG.
Sin embargo, cuando se trata de musulmanes británicos, esto simplemente no está sucediendo, agregó.
“Desde que Theresa May asumió el cargo de primera ministra, la renuencia del Gobierno a abordar la islamofobia y el odio antimusulmán se ha vuelto cada vez más extravagante. Incluso cuando condenó al diputado Lee Anderson por sus comentarios sobre el alcalde de Londres, Sadiq Khan, Rishi Sunak no pudo nombrar a ninguno de los dos”, añadió.
El AMHWG se formó durante el mandato del primer ministro David Cameron en 2012. La iniciativa tenía como objetivo abordar el odio antimusulmán, monitorear los delitos de odio y los registros de las fuerzas policiales al respecto, así como examinar vías para prevenirlos.
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