(03/05/25 - Arqueología)-.Un hallazgo en América del Sur pone en jaque las ideas tradicionales sobre las civilizaciones antiguas: una construcción de más de 4.750 años, anterior a las pirámides egipcias, revela la increíble sofisticación de los pueblos andinos. Descubre qué secretos esconde este sitio arqueológico y cómo puede cambiar la historia.
El reciente descubrimiento arqueológico ha captado la atención mundial. Se trata de una construcción milenaria que supera en antigüedad a las pirámides de Egipto y revela la complejidad de las culturas precolombinas andinas. Más allá de su valor histórico, este hallazgo ofrece una nueva perspectiva sobre el nivel de desarrollo que alcanzaron estas antiguas sociedades.
Un hallazgo que reescribe la historia
Un equipo de investigadores, liderado por Jason Toohey y Melissa Murphy, identificó en Perú una estructura de más de 4.750 años de antigüedad. Ubicada en la región norte de Cajamarca, esta construcción destaca no solo por su edad, sino también por su notable grado de sofisticación arquitectónica.
La plaza, erigida mucho antes de que se levantaran las pirámides de Egipto, demuestra que los pueblos andinos ya dominaban técnicas avanzadas de ingeniería y organización social. Fragmentos de cerámica, piezas de cuarzo y otras miniaturas de piedra halladas en el sitio confirman que allí existió una vibrante vida comunitaria, articulada en torno a prácticas ceremoniales y sociales.
La arquitectura que asombra al mundo
La disposición de los bloques megalíticos en la plaza sugiere un diseño intencionado y complejo, adaptado a necesidades tanto rituales como sociales. Los arqueólogos creen que no se trataba de una construcción aislada: podría haber formado parte de una red de asentamientos interconectados que compartían tradiciones arquitectónicas y culturales comunes.
Además, estudios preliminares apuntan a que la orientación de la plaza podría estar relacionada con fenómenos astronómicos, como los solsticios, indicando un conocimiento avanzado de los ciclos naturales por parte de sus constructores. Esta evidencia sugiere que la observación del cielo ya desempeñaba un papel central en la vida de las primeras civilizaciones sudamericanas.
Una nueva mirada sobre las civilizaciones antiguas
Este hallazgo obliga a replantear las narrativas clásicas sobre el desarrollo humano. La idea de que las grandes construcciones y el conocimiento avanzado eran patrimonio exclusivo de las culturas del Viejo Mundo queda seriamente cuestionada.
Con cada nuevo descubrimiento, los pueblos precolombinos revelan un legado mucho más rico y complejo del que tradicionalmente se les ha atribuido. Y quizás, como muestra la plaza de Cajamarca, todavía queda mucho por descubrir en el corazón mismo de América del Sur.
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