La Red Fronteriza para Derechos Humanos, en un informe publicado el viernes, basado en testimonios de migrantes recogidos en el último mes y medio, alerta del aumento creciente de las quejas de los migrantes contra la Administración estadounidense, presidida por Donald Trump.
Los migrantes denuncian que, en los centros de detención, tienen que soportar altos niveles de hacinamiento, escasez de alimentos, dormir en muchos casos en el suelo y otros problemas.
El reportaje precisa que algunas personas en un campamento en la ciudad de El Paso, ubicado en el estado occidental estadounidense de Texas, fueron obligadas a dormir en el suelo durante las tormentas de polvo.
“El estado de los derechos humanos en las zonas fronterizas de Estados Unidos y México es grave y está empeorando (…) La gente está muriendo por lo que está pasando”, denuncia el grupo estadounidense defensor de los derechos humanos de los migrantes.
Un informe publicado el 9 de junio cifra en al menos 24, entre ellos menores de edad, el número de migrantes muertos en los centros de detención en EE.UU., desde la llegada al poder de Trump.
Decenas de miles de personas intentan cruzar, cada año, la frontera entre México y EE.UU. por la pobreza y son, en muchas ocasiones, víctimas de malos tratos a manos de los agentes de seguridad de ambas partes, en especial de la estadounidense.
La negativa norteamericana a recibir migrantes se extremó desde la campaña electoral de Trump en 2015, cuando prometió construir “un muro” en la frontera con México de unos 3200 kilómetros. Desde entonces, el inquilino de la Casa Blanca ha dispuesto diversas medidas antinmigración, entre ellas figuran la militarización de la frontera con México y separar a los padres de sus hijos tras entrar en suelo estadounidense.
La medida más reciente de la Administración estadounidense ha sido amenazar al Gobierno mexicano con aranceles, si no hace lo suficiente para frenar el flujo migratorio.
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