“Como Gobierno rechazamos de manera categórica los intentos de desestabilización y boicot a las elecciones que promueven cívicos y partidos de oposición, somos tajantes con este rechazo”, ha declarado este lunes el ministro de Comunicación de Bolivia, Manuel Canelas (foto), en una conferencia de prensa.
Sin embargo, en esta misma jornada, la oposición se ha congregado en una marcha convocada por comités cívicos para exigir la renuncia de los miembros del Tribunal Supremo Electoral (TSE), órgano que revalida la postulación de Morales en los próximos comicios.
El funcionario boliviano ha asegurado que no hay motivos para desconfiar del TSE y ha remarcado que desde la llegada de Morales al poder, en Bolivia no ha habido ninguna denuncia formal de irregularidades en procesos electorales. “No ha habido ninguna denuncia de fraude ni siquiera presentada, menos probada”, ha dicho el aludido titular de Comunicación.
Pero, ha llamado la atención al hecho de que la probable caída de la popularidad de la oposición le haya llevado a esta a promover el boicot a las elecciones generales en Bolivia.
La oposición boliviana ha mantenido una posición dura ante una nueva postulación de Morales, a pesar de que los organismos internacionales, como la Organización de los Estados Americanos (OEA), ven legítima su repostulación.
Los partidos opositores del país andino han acudido en múltiples ocasiones a la Comisión Interamericana de Derechos Humanos para que se pronuncie sobre la posible reelección de Morales y confían en frenar su candidatura desde esta instancia.
La derecha boliviana demanda, asimismo, que se respeten los resultados del referéndum del 21 de febrero de 2016, contrario a la nueva postulación de Morales en las elecciones de 2019, no obstante, un fallo constitucional reconoció el año pasado el derecho de Morales a buscar otro mandato.
Publicar un comentario