“El dinero (asignado para ayuda humanitaria en Centroamérica) irá a Venezuela en respuesta a una urgente crisis que involucra a los intereses nacionales de Estados Unidos”, expresó la Agencia de Estados Unidos para el Desarrollo Internacional (USAID, por sus siglas en inglés).
Esta declaración de la USAID pone en blanco sobre negro que la crisis política que se vive en Venezuela no tiene que ver con una cuestión interna, sino con el interés norteamericano sobre el petróleo de la nación bolivariana.
De acuerdo con un informe publicado ayer martes por el diario estadounidense Los Angeles Times, la USAID informó al Congreso de Estados Unidos que los fondos destinados a la ayuda humanitaria para los países centroamericanos serán desviados con el motivo de apoyar la oposición venezolana liderada por Juan Guaidó, el autoproclamado “presidente interino” del país bolivariano.
El informe revela que el fondo de 41,9 millones de dólares será utilizado en su lugar para sueldos, pasajes aéreos y propaganda a fin de que la oposición pueda gestionarlo y dedicarlo a los proyectos que puedan “construir la democracia” en Venezuela.
El informe de la USAID se produjo unos meses después de que el inquilino de la Casa Blanca, Donald Trump, ordenara al departamento de Estado estadounidense a recortar cientos de millones de dólares en ayuda al Triángulo Norte (Guatemala, Honduras, El Salvador).
El presidente estadounidense explicó que la razón de tal decisión fue la falta de apoyo dado desde estos tres países mencionados para frenar la emigración hacia Estados Unidos.
La decisión del magnate republicano de desviar el referido fondo ha provocado muchas críticas; un asesor del Congreso reprochó esta medida diciendo que la Administración Trump está destinando “el dinero que ayudaría a los niños pobres de América Central a pagar los salarios de Guaidó y sus funcionarios y empleados”.
Venezuela atraviesa desde hace meses una profunda crisis política, por los intentos de Guaidó de derrocar al mandatario legítimo del país, Nicolás Maduro, que lidia con una grave situación económica, producto de embargos petroleros y sanciones financieras impuestas por Estados Unidos en apoyo al líder golpista.
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