El marco del centésimo nonagésimo octavo aniversario de la Independencia del país latinoamericano de la Corona española estuvo signado por varios temas, como la división social, la pobreza y la violencia, pero en su mayor parte por la injerencia de Estados Unidos en Honduras y la petición de que abandone el poder el actual presidente hondureño, Juan Orlando Hernández, criticado por su cercanía a Washington.
La víspera, el ex presidente del país José Manuel Zelaya Rosales, derrocado por un golpe de estado dado por un sector del ejercito y el poder judicial con el aval de Estados Unidos (2006-2009) hizo un llamamiento a sus partidarios y otros sectores a participar esta jornada en movilizaciones en todo Honduras contra el Gobierno de Hernández.
El pueblo hondureño ha organizado en los últimos años varias manifestaciones en repudio a las interferencias del país norteamericano en sus asuntos internos.
La movilización de enero de 2018 hacia la base aérea militar de Estados Unidos en Palmerola, al norte de Tegucigalpa (capital hondureña), supone una de las primeras protestas que se celebró en rechazo a la decisión del presidente estadounidense, Donald Trump, de reconocer a Hernández como el ganador de las controvertidas elecciones del 26 de noviembre de 2017, cuando la oposición había afirmado que se había producido un fraude electoral.
Por otro lado, varios analistas opinan que la crisis migratoria que aqueja a Honduras también es evidente la injerencia de Estados Unidos.
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