Los colombianos estaban convocados este miércoles a paralizar las actividades en el séptimo día de una ola de protestas antigubernamentales.
Los líderes de la movilización pretenden aumentar la presión a través de la segunda huelga en menos de una semana. Tanto en la capital, Bogotá, como en Cali (oeste) y Medellín (noroeste) se han producido concentraciones y el paro ha afectado el transporte público y el comercio.
Los manifestantes repudian planes económicos del Gobierno, como un aumento en la edad para acceder a las pensiones y un recorte del salario mínimo para los jóvenes. También rechazan la inacción del Ejecutivo para detener la corrupción y el asesinato de activistas de derechos humanos.
Hasta ahora, las protestas han dejado cuatro muertos, medio millar de heridos y 184 detenidos, según un balance de la Policía. El presidente Iván Duque, después de una reunión con alcaldes de las ciudades importantes, condenó nuevamente el vandalismo.
El derechista, que la víspera dio las primeras señales de flexibilización y anunció ajustes a su proyecto de recaudación de impuestos, volvió a abogar por el diálogo. Sin embargo, líderes sindicales denuncian que la actual mesa de diálogo es un monólogo del Gobierno y sus aliados.
La desaprobación de Duque ha alcanzado un alto nivel, apenas 15 meses después de su llegada al poder. Casi siete de cada diez colombianos lo rechazan, según un sondeo de Invamer de principios de mes.
Ahora, el descontento social se ha convertido en el reto más grande que enfrenta el presidente Duque para completar su mandato, mientras sus homólogos en Chile y Ecuador, Sebastián Piñera y Lenín Moreno, respectivamente, han sufrido recientemente manifestaciones semejantes contra sus políticas.
Publicar un comentario