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Mientras víctimas del Law Fare macrista siguen presos la justicia deja en libertad a genocidas

(19/01/20 - Lesa Humanidad)-.La democracia argentina debe hacer algo urgente con su poder judicial si desea seguir siéndolo en toda su acepción.

Es que, mientras algunas decenas de víctimas de Law fare siguen en la cárcel sin condena firme por motivos políticos, criminales aberrantes, como e esta caso Adolfo Scilingo (foto), son beneficiados con salidas especiales o prisión domiciliaria.

El ex militar Adolfo Scilingo, condenado a 1.084 años de prisión por los "vuelos de la muerte" en España, salió de la cárcel después de estar 22 años preso, beneficiado por el sistema penitenciario de ese país.

El represor comandante de los vuelos de la muerte durante la última dictadura cívico-militar, dejó la cárcel hace cuatro semanas, gracias a un artículo del Reglamento Penitenciario de la capital española, que le permite pasar las noches en un Centro de Inserción Social y trabajar en una iglesia durante el día. Scilingo cumplió solo el 4 por ciento de su condena, ya que estuvo 22 años tras las rejas, pero su condena establecía 1084.

Desde el 18 de noviembre del año pasado, el ex teniente de fragata, que confesó cómo durante la última dictadura militar se arrojaba a detenidos desaparecidos desde aviones hacia el Río de la Plata, fue favorecido por un régimen especial que le permite pernoctar en un Centro de Inserción Social (CIS) de la Comunidad de Madrid, y durante el día realizar tareas en una iglesia.

La noticia generó el repudio de organismos de derechos humanos y la integrante de Familiares de Desaparecidos y Detenidos por Razones Políticas, Graciela Lois expresó: "Yo sabía que Scilingo estaba pidiendo la libertad. Lo hablé hace como un año con mi abogado. Mi querella sigue".

"Mi abogado me dijo que no puede apelar a una ley penitenciaria. Aclaro que mi abogado es muy conocido en España y es el hacedor de todo este juicio y es muy respetuoso del tema derechos", señaló en declaraciones a radio El Destape.

Scilingo estaba detenido en la penitenciaría de Alcalá de Henares y desde 2016 gozaba del privilegio de salidas transitorias.

Ahora, tras 22 años preso, accedió a este nuevo esquema de pernocte en un CIS y libertad durante el día.

Scilingo fue beneficiado con el recurso denominado “tercer grado penitenciario”, más conocido como “Régimen Cenicienta”. Se trata de un sistema mediante el cual los detenidos quedan libres durante el día pero deben volver a la cárcel para dormir, exceptuando los fines de semana.

El recurso tiene distintos niveles, el que se le otorgó al represor es más flexible:lo exime de volver por las noches a prisión y lo habilita a dormir en un CIS. Este beneficio suele ser el paso previo a un pedido de libertad condicional, que podría ser el próximo movimiento que daría el ex militar y que lo dejaría eximido de ir a un Centro de Reinserción.

Según un artículo del diario español Voz Pópuli, el genocida colabora durante el día en una parroquia católica. “Ya no soy interno (preso), soy residente”, le dijo a un periodista español, al que le anticipó que a fin de mes dará a conocer “documentos muy reveladores” sobre su situación.

Scilingo fue condenado en 2006 a 640 años de prisión y luego, en 2007, a la pena "irrevocable" 1084.El Tribunal Supremo de España consideró los delitos de asesinato y detención ilegal que cometió en la Escuela Superior de Mecánica de la Armada (ESMA) como “crímenes contra la humanidad”.

Mientras era juzgado, confesó ante la Justicia española que había formado parte de dos traslados aéreos en 1977, en los que se arrojaron treinta personas a las aguas del Atlántico.

“Todos los miércoles se hacía un vuelo y se designaba en forma rotativa distintos oficiales para hacerse cargo de esos vuelos. Los que el día antes se les elegían para morir, se les llevaba al aeropuerto dormidos o semidormidos mediante una leve dosis de un somnífero haciéndoles creer que iban a ser llevados a una prisión del Sur. Una vez en vuelo, se les daba una segunda dosis muy poderosa, quedaban totalmente dormidos, se les desvestía y, cuando el comandante daba la orden, se les arrojaba al mar uno por uno”, explicó Scilingo, quien luego se desdijo en la instancia del juicio.

Hace dos años, los medios españoles daban cuenta de que el ex militar gozaba ya de salidas transitorias y pasaba sus días en un pequeño pueblo de la sierra madrileña.

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