Pese a las cifras récord, haciendo oídos sordos a las críticas, el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, se dirigió el viernes al Monte Rushmore en el sur del país para una noche de fuegos artificiales con miles de personas, esperanzado de despertar un sentimiento de unidad en un país dividido.
Nueva York, sin embargo, se mantiene todavía como el estado más golpeado en Estados Unidos por la pandemia con 394 954 casos confirmados y 32 064 fallecidos, una cifra solo por debajo de Brasil, el Reino Unido e Italia. A Nueva York le sigue la vecina Nueva Jersey con 15 107 muertos.
En cuanto a contagios, California es el segundo estado solo por detrás de Nueva York con 242 856.
Estados Unidos, el país más afectado del mundo con cerca de 132 100 muertes, según datos de la Universidad Johns Hopkins, vive la segunda ola de infecciones en momentos en que Trump trata de restar importancia a la pandemia para volver cuanto antes a retomar su campaña de reelección.
El mandatario estadounidense ha sido criticado desde el inicio del brote por su incapacidad e inacción ante la pandemia. Trump, menospreció la amenaza del virus durante casi dos meses, calificándola como una “pequeña gripe”; una actitud que fue rechazada tanto a nivel nacional como internacional.
El epidemiólogo jefe de la Casa Blanca y principal responsable científico en la lucha contra el coronavirus en Estados Unidos, Anthony Fauci, ha señalado que es bastante obvio que el país no va “en la dirección correcta” en su respuesta a la pandemia del coronavirus.
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