Según ha informado este miércoles la cadena estadounidense CNN, Chauvin, uno de los cuatro ex policías de la ciudad de Mineápolis (Minesota, EE.UU.) involucrados en la muerte del afrodescendiente George Floyd el 25 de mayo, ha sido puesto en libertad tras depositar una fianza de un millón de dólares.
“Puedo confirmar que ya no está bajo nuestra custodia”, ha anunciado la portavoz del Departamento del Correccional de Minesota, Sarah Fitzgerald, citada por la CNN.
De acuerdo con un aviso de comparecencia, a pesar de haber sido puesto en libertad, el uniformado, de 44 años, será juzgado en marzo de 2021, junto a sus tres compañeros, acusados de complicidad en la muerte de Floyd.
Estos hechos tienen lugar pese a que Chauvin cuenta con un abultado historial de violencia, pues en su haber tiene 18 denuncias anteriores en Asuntos Internos del Departamento de Policía de Mineápolis (MPD, por sus siglas en inglés).
Floyd, un hombre de 46 años, fue detenido por cuatro policías. Durante el arresto, el agente Chauvin presionó con una de sus rodillas el cuello del afroestadounidense durante casi nueve minutos, ignorando sus quejas de que no podía respirar, causándole la muerte.
Un nuevo vídeo del momento previo a la muerte del afroamericano George Floyd desvela otro aspecto de la violencia y la brutalidad de la Policía de Estados Unidos.
El homicidio de Floyd ha generado una ola de protestas multitudinarias en EE.UU. y en todo el mundo, en rechazo a la violencia policial contra las minorías, especialmente los afrodescendientes.
Asimismo, varios países y organizaciones internacionales han manifestado su repulsa por la muerte de Floyd y han exigido a la Casa Blanca que ponga freno al asesinato de afroestadounidenses a manos de la Policía.
Sin embargo, la gestión de la Administración de EE.UU., presidida por Donald Trump, ha optado por encauzarse por otra vía. El propio mandatario tildó de “matones” a los manifestantes antirracismo y les amenazó con emitir la orden de disparar.
Ante todas las represiones y aunque han pasado más de tres meses de este brutal asesinato, las manifestaciones contra la brutalidad de la Policía norteamericana continúan a un ritmo imparable en diferentes ciudades de EE.UU.
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