Según confirmó el alcalde de la localidad, Andrés Felipe Ramírez, los cuatro fallecidos, léase los hermanos Eliseo y Edgar Campo, Eider Gutiérrez y Mayer Ramírez, tenían heridas de bala.
Esta es la tercera masacre registrada en Valle del Cauca en 2020 y la número 67 ocurrida en suelo colombiano en lo que va de año, de acuerdo con los datos del Instituto de Estudios para el Desarrollo y la Paz.
Hasta el momento, por la escalada de violencia se contabilizan 267 víctimas mortales por estos incidentes en los primeros 10 meses de 2020, mientras el gobierno de Iván Duque sigue asegurando que se trata de hechos aislados, producto del narcotráfico y el terrorismo.
En Colombia no hay masacres sino homicidios colectivos, enfatizó el mandatario días atrás, una afirmación que recibió infinidad de críticas por su falta de humanismo y falta de apego a la realidad.
La Comisión Intereclesial de Justicia y Paz en una carta abierta exigió a Duque que cese la matanza contra los jóvenes del país.
En honor de la vida de los masacrados, del dolor que embarga a sus padres, en honor a cada una de las víctimas, exigimos un cese el fuego, subraya en el texto.
Duque ignora la tendencia al aumento en el número de masacres en los últimos años, remarcó por su parte Juan Vivanco, director ejecutivo de la división América de 'Human Rights Watch', organización no gubernamental dedicada a la investigación, defensa y promoción de los derechos humanos.
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