El juez federal Paul Magnuson le preguntó si comprendía lo que estaba haciendo y Chauvin respondió: “Sí, su señoría”.
Según la televisión local WCCO-TV, Chauvin tenía intenciones de proclamarse inocente de los cargos en su contra, pero decidió reconocer su culpabilidad luego de que el juez le advirtió de que podría ser condenado a cadena perpetua.
Él fue sentenciado en junio a 22 años y medio de cárcel por el juzgado estatal por homicidio imprudente, asesinato en segundo grado y asesinato en tercer grado, no obstante, a principios de junio, la Fiscalía solicitó al juez que condenase a 30 años de cárcel a Chauvin por la existencia de factores agravantes.
El expolicía podría ser condenado a entre 27 y 33 años de prisión, pero sin cadena perpetua debido a que asumió la responsabilidad de los hechos. Hasta el momento, no se ha fijado fecha para dictar sentencia.
“Mientras nuestro país lidia con los demonios del pasado y el presente, los días históricos nos dan esperanza, y hoy es uno de esos días; es una victoria para los intereses de la justicia, pero nunca olvidaremos su costo”, declaró el abogado de la familia de George Floyd, Ben Crump.
El asesinato, registrado en un vídeo que dio la vuelta al mundo, puso nuevamente sobre la mesa el racismo y la violencia policial que vive Estados Unidos.
Ese terrible suceso generó amplias y diarias protestas a lo largo y ancho de EE.UU., e incluso allende a sus fronteras en contra del racismo, la xenofobia y los abusos policiales a las minorías raciales.
El Gobierno estadounidense, sin embargo, desplegó a miles de soldados en todo el país y ordenó mano dura para sofocar las movilizaciones. Muchas grabaciones muestran violentas reacciones, golpes, patadas, y lanzamiento de gases lacrimógenos por la Policía contra los manifestantes, miles de los cuales han sido arrestados y decenas de ellos han muerto.
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