La actividad se llevó a cabo en Hiroshima, en el Parque Monumento a la Paz. Asistieron unas 3.000 personas, entre ellas el primer ministro de la nación asiática, Fumio Kishida, y representantes de 99 países y de la ONU, con su secretario general, António Guterres, a la cabeza.
El evento tuvo un gran ausente: Rusia. Una maniobra bien pensada por los organizadores, dado que, en ausencia de representates de Moscú, ninguno de los presentes levantó su voz contra un silencio total sobre el autor de los primeros y únicos ataques atómicos, es decir, EEUU.
Pero lo más grave es que todos los pronunciamientos promovían la tésis de “una Rusia que amenaza con sus armas nucleares a todo el mundo”, según denunció la portavoz de la Cancillería del gigante euroasiático, María Zajárova, quien señaló que Washington, por su parte, se mencionaba como un “abanderado de la paz mundial”.
Y ello a pesar de que, aparte de haber creado el infierno nuclear en Japón, EEUU sigue manteniendo sus arsenales atómicos en Europa, violando de esta manera las disposiciones fundamentales del Tratado de No Proliferación de Armas Nucleares, según denunció en reiteradas ocasiones la parte rusa.
El secretario general de la ONU tampoco mencionó ninguno de estos hechos en su discurso en Hiroshima. “Decenas de miles de personas murieron en esta ciudad en un abrir y cerrar de ojos. Mujeres, niños y hombres fueron incinerados en un fuego infernal", manifestó António Guterres, quien evitó escrupulosamente el incómodo tema de quién perpetró bombardeos atómicos contra Japón.
Lo que no olvidó Guterres fue condenar lo que tachó de una “invasión rusa de Ucrania”, un conflicto que calificó como “crisis con graves matices nucleares”.
Las declaraciones de Guterres obligaron a reaccionar al jefe adjunto de la Misión de Rusia ante las Naciones Unidas, Dmitri Polianski. “Estimado señor secretario general de la ONU, el mundo tampoco tiene que olvidar que fue EEUU quien cometió este crímen y es el único país en usar bombas atómicas contra la población civil sin que hubiera ninguna necesidad militar. Sería correcto que lo mencionara en sus pronunciamientos”, escribió el diplomático en su cuenta de Twitter.
Por su parte, el jefe de la Cámara Baja del Parlamento ruso, Viacheslav Volodin, escribió en Telegram que las ciudades de Hiroshima y Nagasaki no “constituían ninguna amenaza”. “Washington masacró a centenares de miles de civiles con el único objetivo de mostrar su poderío e intimidar a todo mundo”, afirmó el político, al mencionar también las agresiones norteamericanas contra Corea, Vietnam, Yugoslavia, Afganistán, Irak, Libia, Siria y Ucrania.
“El 6 y el 9 de agosto deberían ser los días de arrepentimiento de Washington por sus crímenes contra la población civil”, sentenció Volodin.
*Periodista de la censurada RT
Publicar un comentario