Entrevistado por el diario Welt am Sonntag, el funcionario advirtió que la situación podría llegar a un punto crítico para luego instar a los alemanes a abastecerse de alimentos, agua y otros suministros esenciales ante la llegada del frío.
Los últimos años han sido realmente difíciles para los alemanes, dijo Tiesler, refiriéndose al efecto de la pandemia del nuevo coronavirus, no obstante, prosiguió, los próximos años serán todavía más desafiantes debido a los problemas climáticos y otras tensiones globales.
Las noticias sobre la crisis energética en Europa son cada vez peores, mientras que la temporada de invierno está a la vuelta de la esquina. En varios países, como es el caso de Letonia, la gente está recogiendo leña para poder calentarse.
La empresa turca GazDay Energy Consulting estimó en septiembre que los depósitos de gas en países europeos se agotarán a finales de enero, así que pese al plan de ahorro declarado en Eurozona, los días difíciles días están por venir.
La crisis que se enfrenta Europa se debe, en primer lugar, a las sanciones con efectos adversos de Occidente contra Rusia tras el inicio de la operación militar rusa en Ucrania el 24 de febrero pasado.
Según estiman los expertos en Alemania, por ejemplo, el precio de la electricidad para el próximo año alcanzará los 850 euros por megavatio hora (MWh) en la bolsa de valores. El año pasado, la cifra no subía de los 85 euros.
Rusia y su gigante de gas estatal Gazprom representaron más del 40 % de las importaciones de gas a los 27 países que componen el bloque comunitario, a través de tres grandes gasoductos: Nord Stream 1, que discurre por el mar Báltico, otro gasoducto que atraviesa Ucrania (Droujba o Amistad), y un tercero a través de Polonia (Yamal).
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