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Las páginas de la historia política y social del Perú ya están escritas con sangre a partir de ese fatídico 7 de diciembre el cual constituye un hito, un partidor de aguas, un antes y un después.
Y las enseñanzas son imperecederas y desde entonces todos los días el pueblo peruano que se ha puesto de pie está protagonizando el capítulo, que sin duda le faltaba iniciar.
Es un momento crucial.
Los últimos tiempos que ya iban en el sentido de la apertura de un nuevo periodo en el curso político del país configurando las condiciones objetivas que finalmente llevaron a la aparición política nacional del profesor Castillo; afirmando de esta manera el ascenso de las masas, el inicial despliegue popular y el despertar democratizador que en esencia contiene la afirmación de este nuevo periodo político que vive el país.
Ciertamente las masas hacen la historia y el individuo y su liderazgo concomitante son un producto de esa honda causalidad social.
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No vamos a relatar aquí la incruenta e ignominiosa guerra política desatada desde la primera victoria de Castillo en abril del 2021, y ratificada en junio del mismo año en la segunda vuelta electoral. Desde aquellos pésimos momentos para la lumpen oligarquía que gobierna el país desde siempre, no dejaron de verter en ningún momento su odio clasista racializado, de mísera raigambre feudal colonial.
Si vamos a decir que desde el 7 de diciembre mismo ellos desataron la guerra cruenta sin cuartel, porque no se trata tan solo de una crisis institucional o de régimen político, coyuntural, por tanto; se trata más bien de una cuestión de fondo sustentada en la crisis del estado neoliberal peruano implantado vía su reestructuración hacen 30 años atrás, y cuyo desgaste interno y crisis mundial requiere hoy, el ajuste del estado neoliberal.
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En los términos señalados, tan solo el mensaje presidencial apelando al pueblo constituía ya una amenaza para la burguesía transnacional, la burguesía burocrática y la lumpen oligarquía política que jamás fueron desplazados del poder.
¿Era Castillo una amenaza confiscatoria y estatalista a sus intereses? no definitivamente.
Les causaba pavor la relación con el pueblo, con la plebe, con la multitud y el estado llano el cual ya lo había encumbrado al gobierno y que lo miraba con expectativa y esperanza.
Todos sabíamos y sabemos que las bases materiales estaban y están ahí, incólumes, bajo la denuncia y la intuitiva amenaza del pueblo si, y eso desde ya constituía la incomodidad de la oligarquía política, incluido el departamento de estado norteamericano. Estos factores eran y son:
A- La vigencia de una economía primaria-exportadora de carácter tradicional “de enclave” y de servicios cuyo carácter fundamental era y es la dependencia neocolonial.
B- La inevitable ampliación de la desigualdad, la pobreza, el desempleo el abuso y la discriminación, en el contexto de la continuidad del envejecido modelo económico neoliberal.
C- La ofensiva del capital transnacional monopólico y oligopólico sobre el trabajo, en la pretensión de la apertura de un nuevo ciclo económico expansivo sobre las mismas condiciones establecidas en la pre pandemia.
D- Las consecuencias económicas y sociales imperantes desde la pre pandemia, la post pandemia y la crisis sanitaria misma, aún no concluidos.
E- La decadencia de la hegemonía norteamericana, su crisis económica irresuelta y gestada a partir de la crisis financiera del 2008, así como la nueva situación a escala mundial signada por los dramáticos cambios en la época, atizados por la enfermedad, la guerra y la confrontación política, en un panorama de inexorable crisis civilizatoria.
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Tras la emboscada del 7 de diciembre, Castillo fue destituido y preso, sobrepasando cualquier ley o norma contemplada por el estado de derecho. Para el capital no hay ley que valga, excepto el plusvalor, y eso constituye una primera lección vuelta a repetir, teniendo en cuenta la experiencia histórica.
La respuesta popular, nuestra repuesta, desde ese mismo día dejó perplejo al nuevo gobierno reaccionario el cual de inmediato acudió a la represión indiscriminada. Ya lo habíamos mencionado en un acto público en la Plaza Manco Cápac en Lima, capital del Perú y de esa misma Plaza salieron los primeros detenidos en la capital luego de su desalojo el 4 de enero. Para entonces ya era un gobierno ensangrentado que, en el interior del país, ya venía incrementando el número de asesinados, heridos y detenidos.
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Habiendo Castillo ejercido un gobierno dentro del respeto irrestricto de la economía de mercado vigente y más aún con resultados macroeconómicos favorables al modelo y su eje de acumulación, con cifras en azul; ya sabemos que la buena conducta económica y financiera no basta.
Por tanto, no es posible gobernar en estas condiciones, porque igual nos vacan, nos golpean, nos derrocan…esa es una segunda lección a tomar en cuenta.
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Se ha configurado en nuestra patria un alzamiento de naturaleza democrática de profundas raíces culturales y étnicas, que inclusive aun teniendo un revés temporal en esta etapa; ya se ha amalgamado y ha adquirido carácter de sujeto político múltiple, con nuevas organizaciones y que ya están empujando a la constitución y la reconstitución política en el seno del pueblo. Los organismos políticos tradicionales tienen que desandar lo equívocamente recorrido y asumir las nuevas condiciones de organización y dirección. Y entonces la tercera lección es retomar la línea de masas para encauzar en una auténtica dirección.
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La democratización de la sociedad y el estado está desplegando en un país donde no hay bicentenario de la república democrática. La revolución democrática pendiente y su nueva constitución multicultural, será obra del pueblo mismo que está forjando su nueva representación.
La versión criolla de la historia escrita por los vencedores, en otra etapa pasada y aciaga de nuestra historia ha concluido. A empezado a reescribirse esta vez con sus verdaderos protagonistas. Es la cuarta lección.
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El auge y el despliegue democratizador de las masas debe terminar con el actual gobierno reaccionario impuesto, obligando a renunciar a sus felpudos del ejecutivo y el legislativo.
De inmediato debe instalarse una comisión de la verdad destinada a la evaluación social y política de lo acontecido en el país, estableciendo los daños y reparaciones a las víctimas de este conflicto político, incluido los presos y detenidos. Las elecciones inmediatas no cancelarán las demandas de carácter histórico, pueden amainarlas cual válvula de escape, pero será temporal, sin duda, hasta la apertura de la siguiente etapa. Quinta lección.
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El futuro inmediato pinta de gris oscuro para el capital cuya composición se encuentra aherrojada en crisis orgánica.
Solo una guerra o muchas guerras regionales pueden generar nuevas condiciones para un nuevo ciclo de expansión, acumulación y valorización del capital.
“Un desorden bajo el cielo” donde su hegemonía en declive y su orden civilizatorio en decadencia han posibilitado el surgimiento de nuevos actores emergentes en el escenario mundial, mellando gravemente el supuesto “destino manifiesto” norteamericano.
Sexta lección: el credo neoliberal no ha conducido al progreso social del mundo como señalaron sus panegíricos. Ha requerido del estado para subsistir, en ese sentido ha sido keynesiano siempre.
El Perú reestructuró su estado por quinta vez, a sangre y fuego dentro del dogma neoliberal, con un fundamentalismo sin parangón entre nuestros vecinos mismos. Estos son los resultados.
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Séptima lección: nada vendrá del milagro. El devenir del pueblo trabajador alcanzará su destino:
A-Encauzando su curso dentro de una línea de masas.
B-Construyendo su programa máximo y su plataforma inmediata.
C-Constituyendo o reconstituyendo su organización política como herramienta instrumental.
D-Forjando el frente del pueblo capaz de engarzar a todos los compatriotas, hermanos y compañeros, hombres y mujeres.
La necesidad de la democratización de la sociedad y el estado es una necesidad histórica para la patria; es la revolución democrática aún pendiente.
¡Sin luchas no hay victorias!
¡Solo el Pueblo salva al pueblo!
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