La noticia fue recogida en las páginas del Washington Post, y se hace eco de un estudio iniciado en 2015 realizado por el equipo de arqueólogos dirigido por Richard Hansen, profesor investigador de la Universidad de Idaho y presidente de la Fundación para la Investigación Antropológica y Estudios Ambientales, una organización científica sin ánimo de lucro especializada en la historia maya. Esta investigación arqueológica conjunta entre Estados Unidos y Guatemala fue publicada por Cambridge University Press.
El conjunto de la instalación dataría, según las estimaciones de los investigadores, de alrededor del año 1000, es decir, hace bastante más de 3000 años. Los investigadores hablan del descubrimiento, en el curso del estudio de esta "autopista", del yacimiento de Balamnal, uno de los centros fundamentales de la civilización maya precolombina. Se remonta a 1000 o quizás incluso 2000 años antes del yacimiento maya más famoso y mejor excavado que se conoce, Chichén Itzá, en la península mexicana de Yucatán, construido a principios del 400 d.C.
En el transcurso de la investigación se identificaron sistemas de presas con conexiones a embalses, monumentos piramidales, infraestructuras agrícolas e incluso zonas de recreo. Pero, sobre todo, una red de enlaces viarios de cientos de kilómetros que unía hasta 417 antiguos asentamientos y complejos articulados como auténticas pequeñas ciudades. 110 millas (casi 178 kilómetros) de "superautopistas", que los investigadores han denominado "el primer sistema de autopistas del mundo".
Una nueva tecnología para la investigación
Los científicos utilizaron tecnología lidar, un tipo avanzado de radar que revela presencias ocultas por la densa vegetación, obteniendo imágenes reconstructivas en 3D. No se realizaron excavaciones propiamente dichas, sino que se utilizaron "ojos biónicos".
Los mayas eran mucho más avanzados de lo que se pensaba
Es posible que los investigadores, tras este descubrimiento, se vean obligados a replantearse gran parte de la historia conocida de los mayas. Habrá que hacerlo no sólo anticipando el eje temporal, sino también reconsiderando el análisis socioeconómico-político de esta cultura, mucho más avanzada que la idea hasta ahora avanzada de una sociedad nómada de cazadores y recolectores.
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