(25/09/23 - Conflicto Migratorio Internacional/Francia)-.El papa Francisco pidió este sábado que Europa asuma la "responsabilidad" de afrontar la inmigración que llega a través de la ruta marítima del Mar Mediterráneo y, al cerrar una visita a la ciudad portuaria francesa de Marsella, reclamó que el continente garantice "un amplio número de entradas legales y regulares" de personas en cooperación con los países de origen.
El Papa celebró una multitudinaria misa en un clima "futbolero" en el estadio Velódromo local, a la que asistió también el presidente francés. También dejó mensajes contra la guerra en Ucrania, el "terrorismo" y por la "dignidad de los trabajadores".
En el segundo y último día de una visita a la ciudad portuaria francesa centrada en la migración, el pontífice les pidió a los países europeos que no busquen "salvarse a sí mismos" e insistió con los pedidos de recepción hacia las personas que buscan llegar al continente, al tiempo que rechazó de plano que la oleada migratoria de los últimos años sea "una invasión", como pregonan los partidos de ultraderecha.
El Papa cerró así una visita de 27 horas con la que buscó enviar un mensaje a Europa en medio de las tensiones regionales por las cuotas de acogida y la sobrepoblación de las estructuras receptivas en países del sur del continente como Italia, y durante la que también dio un fuerte respaldo a las ONG's que rescatan a náufragos en el mar.
Durante su estadía en Marsella, el Papa se reunió media hora a solas con el presidente francés Emmanuel Macron, en un encuentro marcado por el inminente proyecto de París para legalizar la eutanasia y el suicidio asistido, dos prácticas rechazada por el Vaticano, además de por otras preocupaciones comunes como la inmigración y la guerra en Ucrania.
Luego, Macron asistió a la misa con la que el Papa culminó la visita realizada en el estadio Velódromo local.
"Marsella tiene un gran puerto y es una gran puerta que no se puede cerrar. Varios puertos mediterráneos, en cambio, se han cerrado", lamentó el pontífice al participar en el foro denominado "Encuentros Mediterráneos" sobre inmigración en la región junto a obispos y jóvenes de toda Europa.
En un marco de renovadas tensiones dentro de la Unión Europea por las cuotas de recepción de las personas que llegan por vía marítima, Francisco lamentó que "dos palabras han resonado, alimentando los temores de la gente: invasión y emergencia".
El Papa, que llegó este viernes a Marsella y regresará en la noche del sábado a Roma, planteó de todos modos que "quien arriesga su vida en el mar no invade, busca acogida".
"En cuanto a la emergencia, el fenómeno migratorio no es tanto una urgencia momentánea, siempre oportuna para agitar la propaganda alarmista, sino una realidad de nuestro tiempo, un proceso que involucra a tres continentes en torno al Mediterráneo y que debe ser gobernado con sabia clarividencia: con una responsabilidad europea capaz de afrontar las dificultades objetivas", reclamó.
La semana pasada, la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, había reclamado una "responsabilidad común" a nivel continental para gestionar la masa de personas llegadas por vía marítima al visitar la isla italiana de Lampedusa, en donde las autoridades denuncian una situación de sobrepoblación de las estructuras receptivas por la negativa del resto de los países a cumplir con el sistema de cuotas.
"Sin embargo, esta situación no es una novedad de estos últimos años, ni es este Papa venido del otro lado del mundo el primero en advertirla con urgencia y preocupación", agregó.
El Papa, en esa línea, ya había advertido sobre "la globalización de la indiferencia" hacia los migrantes cuando, en julio de 2013, había elegido hacer su primer viaje como Pontífice fuera de Roma a la isla de Lampedusa, símbolo de la llegada de personas por el mar.
Según sostuvo Francisco este sábado, "hay un grito de dolor que es el que más retumba de todos, y que está convirtiendo el mare nostrum en mare mortum, el Mediterráneo de cuna de la civilización en tumba de la dignidad".
"Es el grito sofocado de los hermanos y hermanas migrantes", aseveró Francisco, quien el viernes ya había considerado "un deber de civilización" el salvaje de las personas que naufragan en el Mediterráneo cuando buscan llegar a Europa.
"Contra la terrible lacra de la explotación de los seres humanos, la solución no es rechazar, sino garantizar, en la medida de las posibilidades de cada uno, un amplio número de entradas legales y regulares, sostenibles gracias a una acogida justa por parte del continente europeo, en el marco de la cooperación con los países de origen", enfatizó Francisco.
En un mensaje dirigido hacia todo el continente, el Papa sostuvo además que "el mare nostrum clama justicia, con sus riberas rezumantes de opulencia, consumismo y despilfarro, por un lado, y de pobreza y precariedad, por otro".
"Contra la terrible lacra de la explotación de los seres humanos, la solución no es rechazar, sino garantizar, en la medida de las posibilidades de cada uno, un amplio número de entradas legales y regulares, sostenibles gracias a una acogida justa por parte del continente europeo"
"También en este caso el Mediterráneo es un espejo del mundo, con el Sur volviéndose hacia el Norte; con tantos países en vías de desarrollo, afligidos por la inestabilidad, los regímenes, las guerras y la desertificación, que miran a aquellos acaudalados, en un mundo globalizado, en el que todos estamos conectados, pero en el que las diferencias nunca habían sido tan profundas", denunció.
Tal como había hecho en 2021 durante su segunda visita a otro de los símbolos de la inmigración mediterránea, la isla griega de Lesbos, el Papa convocó a evitar un "naufragio de civilización" a partir de la situación migratoria.
"El futuro no estará en la cerrazón, que es una vuelta al pasado, un retroceso en el camino de la historia", sentenció en ese marco.
Así, el Papa dijo a los países europeos que "intentar salvarse a sí mismos ahora, se convertirá en una tragedia mañana, cuando las generaciones futuras nos agradecerán si habremos sido capaces de crear las condiciones para una imprescindible integración, mientras que nos culparán si sólo habremos fomentado una asimilación infecunda".
En un discurso con el que buscó dirigirse a toda la región, Francisco rechazó además los "nacionalismos anacrónicos y beligerantes" que "quieren acabar con el sueño de la comunidad de naciones" y los acusó de tener "ambición de poder".
El pontífice advirtió también sobre la realidad marsellesa y sostuvo que "donde hay precariedad hay criminalidad: donde hay pobreza material, educativa, laboral, cultural y religiosa, se allana el terreno de las mafias y de los tráficos ilegales".
Luego del discurso en el foro, el Papa celebró una misa en el estadio Velódromo, desde donde sostuvo que "nuestras ciudades metropolitanas y los numerosos países europeos como Francia, donde conviven culturas y religiones diferentes, son en este sentido un gran desafío contra las exasperaciones del individualismo, contra los egoísmos y las cerrazones que producen soledades y sufrimientos".
En su homilía, Francisco destacó el valor de la "vida humana, que hoy es rechazada en tantas personas que emigran, así como en tantos niños no nacidos y en tantos ancianos abandonados".
Tras la misa, a la que según el Vaticano asistieron unas 50.000 personas, el Papa vuela directo hacia Roma, en donde tiene previsto aterrizar en torno a las 20.50 horas locales (15.50 de la Argentina).
Francisco y Macron hablaron de Argentinba, las guerras y la inmigración
El papa Francisco se reunió en Marsella con el presidente francés, Emmanuel Macron, en un encuentro de media hora en el que hablaron de la Argentina, las guerras en Ucrania y Nagorno Karabaj, la situación de la migración a través del Mar Mediterráneo y el inminente proyecto para legalizar la eutanasia en el país europeo.
En lo que fue su cuarto encuentro bilateral desde la llegada al poder del político francés en 2017, el pontífice y Macron se reunieron en una sala del Palacio Faro, en donde el Papa dio hoy un discurso sobre migración en el Mediterráneo frente a obispos y jóvenes de la región.
"Los dos jefes de Estado hablaron de cuestiones internacionales y de las zonas de crisis actuales, como la situación en Ucrania, África y Nagorno Karabaj", indicó un comunicado del Eliseo brindado a los periodistas que acompañan al Papa en su viaje, entre ellos un enviado de Télam.
"También hablaron de Argentina, país de origen del Papa", destacó el Gobierno francés, sin dar más precisiones.
"Pudieron intercambiar puntos de vista sobre el medio ambiente y la inmigración, dos preocupaciones que comparten y que reúne la zona mediterránea", añadió el texto.
La reunión se dio mientras Macron se prepara para presentar un proyecto de ley para legalizar la eutanasia y el suicido asistido, dos prácticas a las que el Vaticano se opone.
Según la prensa francesa, Macron pensaba presentar el proyecto la semana pasada, pero decidió posponerlo hasta que termine la visita de dos días que el Papa inició este viernes.
Antes de la reunión, de hecho, Francisco se preguntó durante su discurso "¿quién escucha los gemidos de los ancianos solos que, en lugar de ser valorados, son aparcados, con la perspectiva falsamente digna de una muerte dulce, pero que en realidad es más salada que las aguas del mar?", en una referencia implícita a la eutanasia.
Más allá de los encuentros en persona, Macron y el Papa tuvieron cinco diálogos telefónicos desde 2018, en los que trataron temas como el Acuerdo climático de París de 2015, el incendio de la catedral de Notre-Dame o el atentado contra la basílica de Niza.
Una misa en un estadio de fútbol lleno de recuerdos "agridulces" para Argentina
El estadio Velódromo de Marsella, en el que el Papa celebró hoy la misa con la que cerró su visita de dos días a la ciudad francesa, fue testigo en los últimos años de varios eventos futbolísticos que quedaron, por distintas razones, en la memoria futbolística argentina.
El 26 de febrero de 2023, el estadio en el que hoy fue local Francisco y donde habitualmente juega el Olympique de Marsella fue el escenario en el que el entonces jugador del Paris Saint-Germain (PSG) Lionel Messi marcó su gol número 700 como profesional.
Fue a los 29 minutos del primer tiempo que "La Pulga" volvía a hacer historia en las estadísticas internacionales, anotando en lo que terminó siendo goleada del conjunto parisino por 3 a 0.
Apenas días antes de hacer el gol 700, el 8 de febrero de este año, Messi había utilizado sorprendentemente la camiseta 10, y no la tradicional 30, en el mismo estadio, en la derrota 1-2 por la copa de Francia que el PSG sufrió a manos de los locales.
Más allá de las gestas de Messi, el estadio en el que el Papa reunió hoy a miles de personas se había metido en la memoria del fútbol argentino con un recuerdo amargo: el 4 de julio de 1998, en el mismo estadio, Argentina quedó eliminada del mundial de Francia tras caer 2-1 con Holanda, en un partido recordado por la expulsión de Ariel Ortega y el gol de Dennis Bergkamp.
Entre el recuerdo amargo del Mundial de 1998 y la llegada de Messi a la ciudad con la camiseta del PSG, otro argentino marcó durante casi un año el clima futbolístico del Velódromo.
El "Loco" Marcelo Bielsa fue técnico del Olympique de Marsella desde su debut el 8 de agosto de 2014 en un 3 a 3 con el Bastia, a su renuncia el 9 de agosto de 2015, cuando cayó ante el Caen por 0-1, en la primera jornada de la Liga Francesa.
Francisco y el llamado a cuidar la biodiversidad del Mediterráneo
El Papa, que el próximo 4 de octubre publicará un nuevo escrito sobre el ambiente, exhortó hoy a los países mediterráneos a involucrarse en un mayor cuidado de la biodiversidad de las aguas del denominado "Mare Nostrum".
Así, en su discurso frente a obispos, jóvenes y políticos de la región, pidió pensar "en el desafío climático, en el que el Mar Mediterráneo representa un punto de encuentro donde los cambios se dejan sentir con mayor rapidez".
"¡Qué importante es cuidar la maquia mediterránea, tesoro único de biodiversidad! En resumen, este mar, entorno que ofrece un enfoque único de la complejidad, es un "espejo del mundo" y lleva en sí mismo una vocación global a la fraternidad, único camino para prevenir y superar los conflictos", planteó.
El respaldo renovado del Papa a las ONG`s que rescatan náufragos
Luego de haber agradecido ayer a las organizaciones que rescatan a náufragos de las aguas del Mediterráneo y de haber considerado que tratar de frenarlas es un "gesto de odio", el pontífice recibió hoy a "algunas personas pertenecientes a varias organizaciones dedicadas a la asistencia y al salvaje de migrantes", informó el Vaticano.
En un encendido reclamo a toda Europa, Francisco sostuvo ayer que salvar a las personas en altamar es "un deber de humanidad y de civilización" y, para explicar aún más la postura que sostiene desde su entronización en 2013, hoy rechazó que la llegada de personas al continente se trate de una "invasión".
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