En la marcha, celebrada este sábado con el lema “Todos bajo una misma bandera”, han participado según los organizadores decenas de miles de personas de los distintos barrios de la ciudad, que han desfilado hacia el céntrico parque Glasgow Green, al norte del río Clyde.
Una semana antes, la primera ministra escocesa, Nicola Sturgeon, lideresa del Partido Nacional Escocés (SNP, por sus siglas en inglés), proclamó que “ya es hora de que Escocia se vuelva independiente” y abogó por un nuevo referéndum de autodeterminación que podría tener lugar en mayo de 2021.
La manifestación de este sábado se anunció como la primera de una serie de movilizaciones del mismo tenor que culminará en una gigantesca exhibición de independentismo programada para el 5 de octubre próximo en la capital escocesa, Edimburgo.
Los participantes en la marcha han llevado banderas escocesas y de la Unión Europea (UE), señalando su descontento persistente con el resultado del referéndum de junio de 2016, en el que cerca de un 52 % de los británicos votaron a favor de salir del bloque regional.
Pese al rechazo expresado en el plebiscito de 2014 a independizarse del Reino Unido —por 55,30 % frente a 44,70 %, la mayoría de la población escocesa se opuso en la consulta de 2016 a la separación de la UE, a cuyos Estados miembros van a parar la mayoría de las exportaciones agrícolas y pesqueras de Escocia.
A finales del mes pasado, Sturgeon dijo en un discurso en el Parlamento escocés que ella y el SNP impulsarían en la legislatura en curso un proyecto de ley para celebrar un nuevo referéndum de autodeterminación, a pesar de la oposición de Londres, que considera que en 2014 la cuestión quedó decidida para una generación.
Sin embargo, políticos y militantes de Escocia —pero también de Irlanda del Norte y Gales— han advertido de que el Brexit podría poner en peligro el bienestar de su pueblo, y que por ello las autoridades británicas deben escuchar sus apelaciones a la secesión.
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