Sin embargo, la vieja derecha argentina que llegó al poder disfrazada de nueva y de cambio nunca dice nada que efectivamente vaya a hacer.
A la máxima de Perón "mejor que decir es hacer" Cambiemos (¿Macri?) le contrapone su "si digo que lo hago es como si lo hubiera hecho" y entonces dijo que no iba a haber devaluación, que iba a eliminar el impuesto a las ganancias, que iba a haber fútbol para todos, que iba a haber pobreza cero y una larga lista de espejitos de colores con formato de promesas o pagadioses electorales que por el solo hecho de haber sido enunciados el Pueblo debería considerarlo hecho.
Pero la heladera no se llena con promesas y la cuenta de la energía eléctrica con tarifa dolarizada mucho menos, entonces la cuestión dialéctica goebbeliana entra en crisis, más allá de blindajes y mentiras varias.
Alguien dijo alguna vez que se puede mentir a unos pocos todo el tiempo y a muchos poco tiempo. Bueno, el poco tiempo de la derecha argentina, que por primera vez gobierna el país sin fraude ni dictaduras, duró cuatro años (o casi) y ha llegado a su fin.
El presidente (así, con minúscula, e incluso debería estar escrito con letra más pequeña) Mauricio Macri grita, llora, amenaza e incluso confiesa por lo bajo que tiene miedo de ir preso.
¡Y no es para menos!
En su gobierno se han cometido todo tipo de delitos, entre ellos la desaparición forzada de una persona por alrededor de tres meses, presumiblemente conservado en una heladera de gran porte y arrojado al río en un lugar por el que se cruzaba a diario un par de días antes de las legislativas para utilizarlo como argumento electoral.
¿Qué pasará ahora?
Bueno, es de esperar que el niño rico y de pocas luces cometa maldades, tome revanchas sobre los ingratos argentinos que se negaron a aceptar su magnánima propuesta de gobernarlos cuatro años más.
Se habla de corrida bancaria, de una nueva súper devaluación y de más y más endeudamiento, como para que 'los argentinos' lamenten un rato bien largo no haberlo votado para un segundo mandato.
¿Esto se hubiera evitado votándolo?
¡No!
Solo se hubiera retrasado un par de meses, hasta octubre, la megadevaluación y el endeudamiento hubiera sido aún mayor y la entrega de soberanía inconmensurable y el deterioro social... bueno, mejor no seguir analizando el panorama apocalíptico que los argentinos parecen haber detenido.
Suelo hacer, en reuniones de amigos y compañeros una analogía entre el gobierno de la alianza neoliberal conservadora Cambiemos y una pareja golpeadora.
Cuando la mujer decide cortar con el salvaje con el que vive, este suele despedirse con una tremenda paliza, pero es de esperar que a futuro ya no vuelva a ser maltratada; nosotros, los argentinos, como sociedad, estamos a punto de recibir una nueva gran paliza del presidente-marido golpeador, quizás nos mande al hospital, pero si ese es el precio por habérnoslo sacado de encima habrá valido la pena.
Queda un largo trecho por delante hasta octubre donde hay que seguir construyendo como si nada hubiera pasado en las urnas para no confiarse y bajar la guardia, pero el diez de diciembre, urnas mediante, comenzaremos a salir definitivamente del infierno del maltrato.
Director del Diario Reporte Sur
Presidente del Círculo de Trabajadores de Prensa de Almirante Brown
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