Ayer, décimo día de protestas, el Gobierno se repartió entre pedidos de paz al mismo tiempo que ordenaba extender toque de queda y furiosas represiones contra los manifestantes concentrados en Quito.
Los llamados del movimiento indígena al diálogo no fueron escuchados. Los protestas se extendieron a los barrios periféricos de la ciudad entre barricadas y cacerolazos. Al final del día, Lenín Moreno, decía estar dispuesto a analizar el decreto 833 y rever algunas medidas. La ONU y la Conferencia Episcopal anunciaron su voluntad de mediar en el conflicto.
Ayer, en el décimo día de protestas, continuaron llegando columnas desde la Sierra Central y las Amazonia. Al mismo tiempo que se mantenían la toma de las siete gobernaciones y tres pozos petroleros en el resto del país. Pero la novedad fue la extensión de las protestas a los barrios populares de Quito que desde la madrugada empezaron a emplazar barricadas y se enfrentaron a la policía.
Durante el día, el Gobierno tuvo una doble política de mostrarse dispuesto al diálogo y a la vez incrementar la represión con graves ataques a las concentraciones en los alrededores de la Asamblea Nacional y dentro de la Casa de la Cultura donde se albergaban las bases indígenas.
En una entrevista, Lenín Moreno habló de negociaciones con dirigentes indígenas para llegar a un acuerdo y compensar el ajuste. Minutos después, a las 14:22 horas de Ecuador, comunicaba por redes sociales que se decretaba una extensión del toque de queda por las próximas 24 horas y comenzaba a regir a partir de las 15 horas.
La medida fue apoyada por una cadena nacional del Estado Mayor de las FFAA llamando a las zonas de restricción y advirtiendo sobre la represión si se desobedecieran las órdenes.
La respuesta de la CONAIE, desde el inicio del día, había sido de mostrar una postura pacífica. Antes de los anuncios restrictivos del Gobierno, la organización indígena emitió un comunicado (a las 14:17 horas) llamando al diálogo que inmediatamente fue silenciado 5 minutos después con el anuncio de la ampliación del toque de queda.
Por la tarde, se ordenó una durísima arremetida de la Policía Nacional contra los manifestantes que se hallaban pacíficos en las cercanías de la Asamblea Nacional y el asalto con bombas de gas lacrimógeno contra las familias que se encontraban en la Casa de la Cultura. Luego, llegaron noticias de francotiradores desde los edificios y las primeras imágenes de caídos por posibles disparos de armas de fuego.
Los ataques también se extendieron a personal de salud y entraron en acción helicópteros disparando desde el aire y aprovisionando de municiones a las fuerzas de seguridad.Al mismo tiempo, en las provincias continuaban los bloqueos de carretera y las tomas de gobernaciones (Napo,Puyo , Pastaza, Morona santiago, Cañar, Bolívar, Chimborazo) incluso con la conformación de asambleas populares como gobiernos provisorios.
En Quito, por la tarde, Los manifestantes incendiaron el edificio de la Contraloría General y atacaron las antenas de Teleamazonas denunciando "la desinformación que llevan adelante los grandes medios".
Mientras, portales y redes de medios alternativos denunciaron falta de señal y bloqueos constantes, a la vez que el Gobierno retiró la señal de TeleSUR sin ninguna explicación.
A las 20 horas se gestó un 'cacerolazo' autoconvocado por las redes sociales que se escucho en toda la ciudad.
En las calles, se daban movilizaciones hacia las plazas o concentraciones en esquinas principales que manifestó el apoyo del los sectores urbanos a la protestas protagonizada por los indígenas.
Por la noche continuaron los enfrentamientos contra la Policía Nacional.
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