Las acciones del gobierno neoliberal ecuatoriano parecen contraproducentes y las acciones represivas y persecutorias tuvieron el efecto de la nafta usada para apagar un incendio.
Lo que pareció ser el paso siguiente de un gobierno neoliberal sometido a los caprichos hambreadores del Fondo Usurario Internacional, con aumentos de más del ciento por ciento en el gas oil amenaza convertirse en la partida de defunción de un gobierno que nació fallado y carente de legitimidad.
Es que, de la mano de Rafael Correa y Alianza País, Lenin Moreno se trepó al poder para asumir y realizar una alianza de facto con los sectores conservadores y comenzar una caza de dirigentes de su partido que se oponían a sus planes antipopulares.
Así el vicepresidente Jorge Glas terminó en la cárcel por una acusación flojita de papeles, como la derecha ha hecho en todo el continente con los dirigentes de sectores populares y más de una docena de miembros del anterior gobierno, entre ellos el ex presidente Rafael Correa y su Canciller bajo el uso del Law Fare que, en Brasil terminó con Lula en la cárcel, solo por dar un ejemplo.
Lo cierto es que ante las manifestaciones populares Moreno no tuvo mejor idea que ordenar reprimir las protestas y decretar el Estado de Sitio, lo que intensificó las mismas y lo obligaron a huir con su gabinete a Guayaquil para establecer allí el gobierno mientra el la capital se subía el nivel de represión.
Cuando los presos por manifestarse llegaron al centenar, las columnas de manifestantes de pueblos originarios arribaron a Quito y se unieron a trabajadores y estudiantes.
Así las cosas, el séptimo día de protestas se decretó la huelga general y los huelguistas decidieron avanzar en la toma de los pozos petroleros, mientras que los indígenas mantienen prisioneros a un centenar de agentes represivos y el gobierno ya llega a los seiscientos detenidos.
Ayer se tomaron edificios públicos, la legislatura e incluso una de las principales radios nacionales, radio Pichincha, estuvo durante horas bajo control de los manifestantes.
En este clima de insurrección, Lenin Moreno ha anunciado la profundización del Estado de Sitio, con prohibición de reuniones nocturnas y ha anunciado que las fuerzas represivas abrirán fuego contra los manifestantes desarmados si estos se acercan a edificios que el gobierno considere estratégicos.
En medio de semejante cuadro, que recuerda a la revuelta que terminó con el mandato del derechista Lucio Gutiérrez, solo queda preguntarse hasta cuando podrá sostener Lenin Moreno su mandato, o para ser más precisos, el mandato que le arrebato, vía estafa al Pueblo ecuatoriano.
*Por Hugo Delgado, Director de Diario Reporte Sur
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