Los grupos indígenas y sindicatos en Ecuador mantienen el pulso contra el presidente Lenín Moreno. Prometieron no ceder en su intento de revocar las medidas de austeridad impuestas por el gobierno que han convulsionado al país en los últimos días.
Comunidades indígenas obstaculizaron con piedra, neumáticos algunas carreteras en el norte y sur del país. Los líderes indígenas llamaron a mantener la protesta, luego de que la noche del viernes los transportistas decidieron levantar la huelga tras dos días de haber paralizado al país en oposición a la eliminación de subsidios a los combustibles.
Debido a esa medida del Gobierno de Moreno, los precios de los combustibles más utilizados aumentaron hasta en 123 %.
Las manifestaciones, que se tornaron violentas, se han convertido en un desafío para Moreno, quien asumió el cargo en el 2017 y puso a la nación petrolera en un camino promercado. Unas políticas que han desatado el descontento social en el país.
En Quito, la capital ecuatoriana, también hubo violentas protestas. La policía antidisturbios reprimió las manifestaciones y detuvo a unas 400 personas.
Moreno declaró el jueves un “estado de excepción” por 60 días para frenar lo que en su juicio es un caos e insistió que no desistirá de su decisión de poner fin a los subsidios de combustibles.
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