La ex diputada habló sobre cómo articula el tema de la grieta en la nueva realidad argentina y en un contexto mundial donde se ponen en crisis los modelos de las grandes potencias. Argumedo dio números impactantes sobre la desigualdad en la distribución de la riqueza para entender que la verdadera grieta está ahí.
Para Argumedo, la grieta argentina tiene dos aspectos: "Uno es que hay dos modelos antagónicos, quedó muy claro lo que fue la experiencia del macrismo; otro factor que está jugando en la Argentina y a nivel mundial es la idea de que hay una parte de la población que sobra, que no sirve como mano de obra barata ni como consumidores por su nivel de pobreza o indigencia". En ese sentido, citó frases que parece inocentes, como aquella de Vidal diciendo que no tenía sentido invertir en universidades en lugares como el conurbano porque los pobres no llegan a la universidad.
"Son seres inferiores, no gastemos plata en los pobres. O la bronca con los negros vagos. Hay una cosa de inferioridad de sectores que no tienen derecho a una vida mas digna. Esto en la Argentina aparece como grieta", explicó Argumedo parafraseando los discursos que critica por haber dejado "al 40 o 50% de la población sin viabilidad histórica". "No lo dicen, pero el ideal para ellos es que desaparezcan. Al tener ese prejuicio es una forma de decir yo pertenezco a los que deben salvarse", explicó, al tiempo que concluyó que por estas razones "la crisis del neoliberalismo es terminal".
Balanza desequilibrada
Argumedo apoyó su postura en algunas estadísticas a nivel mundial que marcan la profunda desigualdad en la que está sumida la economía mundial. "El 1% de la población mundial tiene una riqueza equivalente al 50%. El 20 %, unos mil millones de personas, concentran el 95,5% de la riqueza. El 80% restante debe repartirse el 4,5%", detalló. La exdiputada dijo que este escenario configura "una situación que hace sociedades inviables aun para los privilegiados, una crisis de sobreproducción por caída de la demanda" y "genera un racismo muy exacerbado".
La población en condiciones de pobreza que se vuelca a la delincuencia es el 1%. En situaciones críticas puede llegar al 2%. Eso habla muy bien del 98 o 99% de esas personas que buscan otras alternativas de supervivencia
Por otro lado, se refirió a los números de la inseguridad, tantas veces señalada como asociada indefectiblemente a las clases más vulnerables. La población en condiciones de pobreza o indigencia que se vuelca a la delincuencia es el 1%. En situaciones críticas puede llegar al 1,5 o 2%. "Habla muy bien del 98 o 99% de personas en estas condiciones que buscan otras alternativas de supervivencia. Pero si tenés 18 millones de pobres, podés tener 360 mil personas volcadas al delito. Ahí tenés el crecimiento de la inseguridad, que no se resuelve con mano dura sino revirtiendo la causa", concluyó.
*Por Miguel Ponce De León y Gregorio tatián
Publicar un comentario