(08/05/20 - Ciudad del Vaticano)-.El Vaticano invitó a los musulmanes a trabajar juntos, en un espíritu de fraternidad y cercanía espiritual, para proteger los lugares de culto de todas las religiones.
En un mensaje del Pontificio Consejo para el Diálogo Interreligioso a los musulmanes por el mes de Ramadán, que inició el pasado 24 de abril se invita a una cooperación más estrecha entre cristianos y musulmanes para proteger el derecho a profesar las propias creencias.
Titulado “Cristianos y musulmanes: Juntos para proteger los lugares de culto”, el mensaje está firmado por el Prefecto, Cardenal Miguel Ángel Ayuso el pasado 17 de abril, aunque se difundió este viernes 1 de mayo, según informa la agencia ACI.
El Cardenal Ayuso señala que “en el contexto de los recientes ataques contra iglesias, mezquitas y sinagogas, perpetrados por personas malvadas que parecen percibir los lugares de culto como el objetivo preferido de su ciega e insensata violencia, es digno de subrayar lo afirmado en el Documento sobre la ‘Fraternidad Humana para la paz mundial y la convivencia común’ firmado por el Papa Francisco y el Gran Imán de Al-Azhar el 4 de febrero de 2019 en Abu Dhabi”.
El Documento decía que “la protección de los lugares de culto (templos, iglesias y mezquitas) es un deber garantizado por las religiones, por los valores humanos, por las leyes y por las convenciones internacionales”.
En su mensaje, el Prefecto destacó que, tanto para el cristianismo como para el islam, al igual que en otras religiones, “los lugares de culto se revisten de una gran importancia”.
“Tanto para los cristianos como para los musulmanes, las iglesias y mezquitas son espacios reservados a la oración personal y comunitaria, edificados y preparados para favorecer el silencio, la reflexión y la meditación”.
Son espacios, “donde se puede llegar a la profundidad del ánimo, facilitando así, con el silencio, la experiencia de Dios”.
Los lugares de culto también son “espacios de hospitalidad espiritual, en los cuales los seguidores de otras religiones se reúnen para ceremonias especiales como bodas, funerales, fiestas de la comunidad, etcétera”.
“Participando en esos eventos en silencio y con el respeto debido a las normas religiosas de los fieles de esa religión particular, saborean la hospitalidad reservada a ellos. Esta práctica es un testimonio especial de los que nos une a los creyentes sin disminuir o negar aquello que los distingue”.
En un mensaje del Pontificio Consejo para el Diálogo Interreligioso a los musulmanes por el mes de Ramadán, que inició el pasado 24 de abril se invita a una cooperación más estrecha entre cristianos y musulmanes para proteger el derecho a profesar las propias creencias.
Titulado “Cristianos y musulmanes: Juntos para proteger los lugares de culto”, el mensaje está firmado por el Prefecto, Cardenal Miguel Ángel Ayuso el pasado 17 de abril, aunque se difundió este viernes 1 de mayo, según informa la agencia ACI.
El Cardenal Ayuso señala que “en el contexto de los recientes ataques contra iglesias, mezquitas y sinagogas, perpetrados por personas malvadas que parecen percibir los lugares de culto como el objetivo preferido de su ciega e insensata violencia, es digno de subrayar lo afirmado en el Documento sobre la ‘Fraternidad Humana para la paz mundial y la convivencia común’ firmado por el Papa Francisco y el Gran Imán de Al-Azhar el 4 de febrero de 2019 en Abu Dhabi”.
El Documento decía que “la protección de los lugares de culto (templos, iglesias y mezquitas) es un deber garantizado por las religiones, por los valores humanos, por las leyes y por las convenciones internacionales”.
En su mensaje, el Prefecto destacó que, tanto para el cristianismo como para el islam, al igual que en otras religiones, “los lugares de culto se revisten de una gran importancia”.
“Tanto para los cristianos como para los musulmanes, las iglesias y mezquitas son espacios reservados a la oración personal y comunitaria, edificados y preparados para favorecer el silencio, la reflexión y la meditación”.
Son espacios, “donde se puede llegar a la profundidad del ánimo, facilitando así, con el silencio, la experiencia de Dios”.
Los lugares de culto también son “espacios de hospitalidad espiritual, en los cuales los seguidores de otras religiones se reúnen para ceremonias especiales como bodas, funerales, fiestas de la comunidad, etcétera”.
“Participando en esos eventos en silencio y con el respeto debido a las normas religiosas de los fieles de esa religión particular, saborean la hospitalidad reservada a ellos. Esta práctica es un testimonio especial de los que nos une a los creyentes sin disminuir o negar aquello que los distingue”.
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