Según informes publicados el lunes por medios regionales, más de 80 mercenarios sudaneses y otros 15 saudíes fueron abatidos en la ofensiva, mientras otras decenas resultaron heridos o fueron capturados. El resto de los mercenarios huyó del lugar.
Además, las fuerzas yemeníes confiscaron una gran cantidad de equipos militares, incluidos vehículos blindados, tanques, armas pesadas y ametralladoras.
La sangrienta guerra, emprendida por la llamada coalición, liderada por Arabia Saudí y apoyada por Estados Unidos, contra el país más pobre del mundo árabe está a punto de cumplir ocho años. En este tiempo, las fuerzas agresoras no han alcanzado sus objetivos y solo hayan dejado millones muertos y desplazados, así como la destrucción de la infraestructura y la propagación de hambruna y enfermedades infecciosas en Yemen.
Entretanto, el Ejército y los comités populares yemeníes se hacen cada vez más fuertes. De hecho, el presidente del Comité Supremo Revolucionario de Yemen, Mohamad Ali al-Houthi, advirtió el lunes que las Fuerzas Armadas yemeníes tienen la capacidad de golpear objetivos muy sensibles de los enemigos, incluidos los del régimen de Israel y los Emiratos Árabes Unidos (EAU).
El dirigente yemení denunció que Estados Unidos gestiona todos los movimientos de la llamada coalición de Arabia Saudí contra Yemen, y dijo que la Organización de las Naciones Unidas (ONU) mantiene intencionalmente con hambre al pueblo yemení.
Publicar un comentario