"Todos vivimos esa situación; solo que la manejamos de maneras distintas", afirmó Londoño a Blu Radio, y reseñó los casos de Seuxis Hernández Solarte, alias Jesús Santrich, y de Jorge Torres Victoria, alias Pablo Catatumbo.
El antiguo comandante de las FARC relató que recibió "unas llamadas" que venían supuestamente de "una embajada por allá en Estados Unidos" y que fueron "varios" a los que trataron de entrampar.
"Los pusimos en conocimiento de las autoridades", explicó. "No recuerdo ahora los detalles, pero querían vincularnos con temas de narcotráfico y laboratorios en una zona del Cauca", contó.
Lamentó que Santrich sí cayó “en estas trampas orquestadas en algunos de los rincones del Estado” y por eso abandonó el acuerdo de paz firmado en 2016 y retomó la lucha armada en agosto de 2019, un año después de que fuera arrestado por delitos de narcotráfico.
En mayo de 2021 fue abatido por el Ejército de Colombia durante un operativo en una zona fronteriza con Venezuela.
De acuerdo con una investigación de la Comisión de la Verdad, una entidad autónoma del Estado colombiano, fue "inducido" por Estados Unidos y el anterior gobierno de Iván Duque para salir de los acuerdos de paz, así como para formar la disidencia de Segunda Marquetalia junto a otros guerrilleros, una teoría que también defendió el expresidente colombiano Ernesto Samper.
El canciller Álvaro Leyva ahondó esta semana en estos supuestos enredos del Estado ante el Consejo de Seguridad de Naciones Unidas, desde donde propuso la creación de una comisión internacional para investigar la cuestión en base al informe de la Comisión de la Verdad.
En su intervención, Leyva destacó que ya en 2018 la Jurisdicción Especial para la Paz (JEP) -el tribunal creado a partir del acuerdo- presentó varias denuncias contra funcionarios de la Fiscalía por haber violado las garantías de no extradición fijadas en La Habana.
Cuando ejercía como diputado de la Cámara de Representantes, Santrich fue detenido en abril de 2018 con fines de extradición a Estados Unidos por delitos de narcotráfico y liberado un año después.
En agosto de 2019 anunció junto a otros líderes guerrilleros que retomaba el camino de las armas, hecho que, según Leyva, "desató un nuevo ciclo de violencia y puso en riesgo” la implementación del acuerdo de paz.
Según la Comisión de la Verdad, el hecho empujó a cientos de ex guerrilleros a retornar a las armas y “envió a la ciudadanía el mensaje de que el acuerdo de paz había fracasado".
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