(21/04/23 - Movimientos Sociales/Opinión, *Por Daniel Menéndez)-.La puesta en funcionamiento del Consejo de la Economía Popular y del Salario Complementario es el resultado de una reivindicación histórica de los movimientos populares en nuestro país. Es un logro de estos movimientos que hoy pueda ponerse en funcionamiento el Consejo en el marco de la ley de emergencia social dispuesta en el 2016 y sancionada por unanimidad en el Congreso. Un Consejo, que por otro lado, se constituye como un espacio de articulación entre el Estado y las organizaciones de la economía popular.
Estamos en tiempos difíciles, donde los datos de inflación y pobreza exigen el mayor de los esfuerzos para canalizar los reclamos de todas las organizaciones sociales. La constitución del Consejo va en sintonía con esto. Lo cierto es que hoy en día el mercado de trabajo argentino cuenta con elevados niveles de informalidad. Informalidad que se verifica con más de la mitad de los trabajadores argentinos sin derechos y sin acceso a un convenio colectivo. Vemos, además, una frágil situación respecto a los números de pobreza de la población. Y, sobre todo, de la pobreza infantil, con los riesgos que implican tanto el deterioro en la nutrición básica, como el desarrollo de las millones de personas que habitan los barrios populares de la Argentina.
En ese marco, desde el Estado existen respuestas como la Secretaría de Economía Social. Esta da respuesta, a través del programa Potenciar Trabajo, al desarrollo de la economía popular. También a la secretaría de Agricultura Familiar, que permite fortalecer las condiciones para el desarrollo agropecuario local. Y por último, a la Secretaría de Seguridad y Soberanía Alimentaria, que da respuesta al problema de la malnutrición y para que las familias más vulnerables puedan acceder a una alimentación adecuada. Y a la secretaría de Integración Sociourbana, que da respuesta a la urbanización de los barrios. La constitución del Consejo implica, entonces, la formulación de un ámbito donde todos esos esfuerzos que hoy están dispersos en el organigrama del Estado, puedan encontrar una mayor articulación, facilitando el impulso en estos tiempos signados por la dificultad y la urgencia.
En tiempos en los que la derecha y los discursos intolerantes avanzan permanentemente dentro de nuestra sociedad, entendemos que hay que maximizar los esfuerzos por parte del Estado para dar una respuesta directa a las necesidades de los más humildes. En 2024 cumplimos cuarenta años de democracia y hoy es más necesario que nunca refundar este Estado. Solo de este modo podremos dar respuesta a las nuevas demandas que se expresan en el acceso a la tierra, techo y trabajo. Con este Consejo aspiramos a ofrecer el máximo de los esfuerzos en el camino a la integración y en dar una respuesta que ha estado ausente en estos últimos años. La existencia de esa deuda ha sido, a lo largo de este último tiempo, un caldo de cultivo para los mensajes de odio de sectores de la sociedad. Nos hacemos cargo de que tenemos la obligación de saldar esa deuda. Y lo hacemos con la certeza de que los movimientos populares son una parte fundamental de la solución de los problemas que tiene nuestro país.
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