Sin anuncio oficial, ni confirmación de la Casa Real, del gobierno o de alguna autoridad local, el jet privado emiratí que lo transportaba aterrizó en el aeropuerto de la ciudad nororiental de Vigo en horas de la tarde, informó la agencia de noticias AFP.
El antiguo monarca de 85 años, padre del rey Felipe VI, llegó procedente de Londres, donde la noche anterior asistió al partido de fútbol Chelsea-Real Madrid por la Champions League.
La Casa del Rey, según fuentes de la institución, conocía las intenciones de Juan Carlos I y le solicitó posponer su visita hasta después de las elecciones regionales y locales del 28 de mayo, para que su viaje no interfiriera la campaña ni la atmósfera política.
Sin embargo, el organismo fue informado de que el rey emérito no planeaba modificar su plan.
Además, fuentes del entorno real sostienen que la de hoy es sólo la primera de una serie de visitas a España que pretende realizar en los próximos meses en los que planea entrenarse para el campeonato regatas que se celebrará a principios de septiembre en la isla británica de Wight.
Del aeropuerto de Vigo, el rey emérito tenía previsto desplazarse a la cercana localidad costera de Sanxenxo, el mismo lugar de Galicia que eligió en mayo de 2022 para su regreso a España casi dos años después de marcharse a vivir al extranjero.
También se prevé que navegue con sus compañeros, y esté en Sanxenxo para la Copa de España que tendrá lugar el sábado y el domingo en el Club Náutico de esta localidad, a la que precederán algunos entrenamientos.
La Casa Real no se ha pronunciado sobre este segundo viaje, que el gobierno del presidente Pedro Sánchez, una coalición entre su partido socialista PSOE y el de izquierda Podemos, tildó de personal.
"El gobierno no tiene nada que comentar al respecto. Se trata de, como saben ustedes, decisiones personales que no nos corresponde valorar", dijo en conferencia de prensa la portavoz del gobierno, Isabel Rodríguez.
Los socios de izquierda del gobierno fueron más duros.
La visita "está absolutamente fuera de lugar", dijo a la prensa este miércoles el comunista Alberto Garzón, ministro de Consumo, en el Congreso.
"No representa a los españoles, ni a los de izquierda ni a los de derecha", y su venida "hace un daño muy importante a la imagen de España, creo que también lo hace a la monarquía", añadió Garzón.
En aquella primera visita tras caer en desgracia, Juan Carlos no rehuyó a las cámaras y fue aclamado por la gente, irritando al Gobierno de Sánchez y a quienes creen que debe responder de las sospechas que acarrearon su abdicación en favor de su hijo, Felipe VI, en 2014.
"Explicaciones, ¿de qué?", respondió en aquella ocasión Juan Carlos cuando le preguntaron si iba a dárselas a su hijo.
En marzo de 2022, la Fiscalía española decidió archivar tres investigaciones relacionadas con la fortuna del monarca pese a haber detectado irregularidades, alegando la inviolabilidad de que disfrutó mientras fue jefe de Estado (1975-2014) y la prescripción de los posibles delitos.
Aquel primer viaje terminó con una reunión en Madrid con su hijo en la que este, según la prensa española, manifestó su incomodidad por lo ocurrido en Sanxenxo.
Luego, padre e hijo fueron vistos juntos en el funeral de la reina Isabel II de Inglaterra, en septiembre de 2022, y el de Constantino de Grecia, en enero de 2023.
Además de la izquierda, los nacionalistas catalanes y vascos también criticaron esta nueva visita.
La portavoz parlamentaria de los independentistas vascos de EH Bildu, Mertxe Aizpurua, pidió que se le retire el título honorífico vitalicio de "rey" por "higiene democrática".
Voces afines a la monarquía expresaron su inquietud por la cercanía de la visita de Juan Carlos con las elecciones de mayo, cuando los españoles elegirán a los gobiernos municipales en 12 de las 17 regiones del país.
"Es de esperar que el viaje se haga con inteligencia, austeridad y discreción, toda vez que las polémicas que protagoniza el padre del Rey Felipe VI son siempre utilizadas por los enemigos de la Corona", reclamó el diario conservador ABC.
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